La Paz, el Amor y la Sabiduría, se adquiere, cuando se
estudia; cuando se investiga; cuando se comprueba; cuando se
limpian los hombres del prejuicio y trabajan para fortalecerse en
su espíritu para desprenderse de la pesadez de la materia
para elevarse sobre las pasiones a las regiones etéreas y
entrar en las ciudades del Gran Cosmos, donde la laucha no
existe; donde el amor es la justicia.
He aquí, lo que le dicen al Maestro Juez de la tierra
en Sión ¡Ahíဦ Cuando se
estudian las maravillas de Sión para tus vuelos misionero
del Padre, para saturarte del amor, de la justicia, de la
libertad y para aprender en la gran ley de los afines que une a
los espíritus en familias; que transforman las cosas
perfeccionándolas y es la palanca poderosa que lleva de un
lado a otro a las humanidades, para que unido el producto de tu
trabajo con el de los misioneros que cumplieron su misión,
llenemos los vacíos que has visto, con el amor que
sientes; para que enseñes a los pequeñitos el
camino de aquella ciudad, centro de la sabiduría!… Para
eso, para allí tus vuelos. Se refiere a los viajes a esos
mundos descritos.
Como tu estudias, hemos estudiado y todos aprendimos a
elevarnos sobre nosotros mismos; y tu has de enseñar al
hombre pequeñito a comprender que su grandeza consiste en
elevarse sobre sí mismo y así cumple la voluntad
del Padre.
El espíritu que se eleva sobre sí mismo, siempre
encuentra nuevos horizontes en lo infinito de los mundos; y
cuando llegan los hermanos al límite de su progreso les
permite, se separan un instante, buscan al Maestro y siempre
encuentra un hermano de amor que les da un nuevo jalón
para ir más allá. Esta es la ley y es la
armonía ente los hijos del Padre.
¿Por qué no hemos de ser hermanos, si hay entre
todos los seres lazos indestructibles e indisolubles en la ley
del Padre?
La materia, sin embargo, que es el medio de que el
espíritu debe valerse para elevarse por la lucha razonada,
detiene al hombre con sus halagos efímeros, que
sólo tiene valor un momento; pero que el hombre
pequeño, al naturalizarse con ellos, no pueden elevarse
por pesantez y porque tienen su fin en el mundo de las formas por
el conjunto. Pero aun la materia tiene evoluciones hacia la
perfección y el conseguirlo es el trabajo del
espíritu.
Sólo la materia, y los hombres que se apegan a ella sin
querer seguir los senderos que esta tiene para encontrar el ancho
camino que conduce a la ciudad de Sión, no pueden elevarse
a contemplar las maravillas que ahí disfrutan los
espíritus emancipados y depurados de la pesantez de esta
materia.
Los senderos, están todos alumbrados por la
sabiduría del Padre; pero el hombre pequeñito, no
encuentra atracción fuera de la materia y como no puede
satisfacer sus desenfrenos, reconcentra la ira y toda la baja
pasión de la carne y no sabe que todo esto se lo acarrea
sólo por la apatía; sólo por su insensatez
porque no sabe esforzarse en leer lo que pisa; que si lo leyera,
vería que le dice: "Yo soy el paso al plano astral de la
tierra, desde el que has de pasar a mundos nuevos para ti, donde
la armonía es un hecho y la luz su noche; la
sabiduría su día y el amor su ley".
Hermanos de la tierra; elévense siguiendo al misionero
hasta el centro de la luz de donde parten los efluvios del amor
que llega hasta vosotros: la Gran Sión; centro donde se
reúnen en consejo los misioneros de los mundos de la
Vía Láctea cuyo centro está y éstos
reciben desde allí los efluvios de otros mundos más
superiores; aquellos de otros y así sucesivamente.
Siguiendo en el espacio, se les presentó el ojo, en el
Triángulo (insignia de nuestra institución) y le
siguieron, cruzando Sión, yendo mucho más lejos y
fuera de la nebulosa de la Vía Láctea. Era un
hormiguero de mundos en formación y otros formados, los
que por el infinito se les mostraban. Y las bellezas
imponderables indescriptibles que se ven, no se pueden enumerar.
El ojo seguía y siguieron. Por fin se paró en el
centro de un mundo, que aun se les presentaba en aquellas
distancias horrorosas del grandor de nuestra luna, pero de un
color de azul blanquecino y tan armonioso y atrayente, que los
atrajo en el instante y se vieron en medio de una
vegetación finísima y de perfume delicado, las
hierbas se parecen a hoja y flores de nuestro lino, pero cuyas
florecillas de un azul claro en sus bordes y en el centro
violeta, embalsaman aquella atmósfera y solo amor se
respira.
Luz hay por los cuatro puntos cardinales y no vieron noche.
Frutos como nuestras naranjas, no muy grandes, hay por doquiera y
es el alimento de sus habitantes felices.
Les fue presentada una pareja, que los extasió su
hermosura. A la presencia del Maestro, se retiró un poco
la mujer y él quedó hablando con el hombre que le
dijo: "Viajero atrevido que aras del amor llegas. ¿Buscas
amor? Pues copia, escribe y estudia. Abrió sus brazos y
llegó a él aquella mujer, que los ángeles
pintados por nuestros más grandes pintores son monstruos
de fealdad a su lado. Con una cadencia imposible de copiar ni de
llegar a nuestras notas del pentagrama, se hecha en sus brazos y
los dos corazones se ven latir a través de sus carnes
transparentes, y con regularidad absoluta. Ella bebe el amor en
la mirada del compañero; el bebe el néctar en los
labios de rosa de aquella mujer, que le canta un canto de amor
arrebatador. Aun nuestras materias no podrían resistir
tanto amor en tanta pureza.
Admiré aquella belleza y perfección humana y,
dudó el maestro un momento. Su espíritu buscaba la
verdad para los hombres, debía satisfacerle y,
palpó las líneas de sus carnes, no menos perfecta
en uno y otro sexo.
Partieron para la tierra viniendo la pareja con nosotros y
tomó posesión del médium que empezó a
cantar el himno de amor con estas palabras que únicamente
pudo escribir en nuestro lenguaje, dado que ha sido una sorpresa
y no estaban preparados, lo que sin duda, es de mayor valor.
"Dibiligabis"ဦ Pero pronunció la
palabra amor claramente, dio su nombre: Julis Julis. Pedió
el nombre del mundo y dio Gof Duf, no se ve de la tierra; pues su
luz no nos llega, por su posición; pero pronto la
recibiremos; cuando la tierra ascenderá a su grado
máximo de ascensión y ocupará
posición de mundo regenerado.
Ahora bien, él no provocado ese desdoblamiento.
¿Quién y por qué le llevaron a aquellas
remotísimas regiones? ¿Quién? El amor
universal; la unidad de la ley; la Justicia: el Padre ha de
facilitarle todos los datos, que comprenden, que en toda la
Cosmogonía la ley es igual y todos los mundos obedecen a
la unidad: y esta unidad, sólo puede existir en el
amor.
Pero lo más sugerente es que: tras la horrorosa
distancia que nos separa de Gof Duf, encontraron seres humanos de
nuestra misma estructura, de nuestra inteligencia, aunque elevada
a gran perfección pero que (este es el secreto de haber
sido llevado allí) la mujer, constituye allí la
parte más amorosa; la delicada cuerda del sentimiento y
lleva, sin velar, los encantos y es más feliz, cuando
más feliz hace al compañero. No conoce lo que la
impudicia llamó vergüenza; no la puede conocer,
porque no existe la maldad.
No teme el encuentro del hombre, porque no existe el
desenfreno; se alimenta de la inocencia, porque la doblez no
existe. Todos buscan su centro y la afinidad solo los une:
¿Es éste el principio de la felicidad de la
terrestre humanidad? Sí. Hagamos reinar el amor, tomemos
cada uno en justicia medida el bálsamo de la vida y ya
está conseguido. Y. Si tan grande es el principio del
principio de la felicidad ¿Cómo será el
grado inmediato? Seguiremos estudiando y ya habrá un
Maestro que nos conteste.
Febrero 20 de 1912
De nuevo fueron obsequiados de nuestra amada Julis del mundo
Gof Duf, que escribió el vidente "Estoy entre vosotros
porque necesito aprender vuestro idioma, pues tengo misión
designada"
Agosto 31 1912
En desdoblamiento, se les presentó una mujer joven y
los invita a seguirla. Partieron en videncia y desdoblamiento
consciente, cruzando espacios en línea recta al Sol, por
el norte de la tierra. Entrando en un mundo pequeño, pero
que su pequeñez es de cuarto grado en circunferencia mayor
que la tierra.
Percibieron una fragancia que sus materias en la tierra
disfrutaban y proviene de la vegetación silvestre de ese
mundo, que la compone una alfombra de nardos diminutos que crecen
como nuestra hierba.
Aquellos habitantes son de una belleza extraordinaria y nada
hay en nuestras pinturas que igualen en general. Pero sus
mujeres, aunque estamos acostumbrados en nuestros desdoblamientos
a ver más bellas en realidad que aquellas, en el conjunto,
hay en ellas una nota sobresaliente que nos llenó de
asombro; y da una majestad tan grande a su belleza, que nuestras
materias no podían soportarla aún entre nosotros,
hasta que la ley de la carne sea para los hijos de la tierra una
ley moral, como lo es allí, y esto llegará y
aquella belleza y su majestad también y en días ya
no muy lejanos, en que el amor reinará en su ley.
Esta feliz mujer es médium del Consejo de aquel mundo,
cuyo nombre en la Cosmogonía es HEUFIFI (así lo
escribió), y notando la admiración del Maestro y
aun casi recelo de la realidad, se les ofrece al estudio y
exploración de una de aquellas mujeres, en toda su
espléndida desnudez.
Era un amable reproche a la incredulidad, pero ella
cumplía con la ley de amor para ilustrarlos y dar fe de
que en todos los mundos, el ser humano es de la misma figura y
órganos, para cuyo estudio los llamaban.
Se omite la anatomía que hicieron, porque pertenece a
otra clase de estudios.
Imagínense nuestros hermanos la sorpresa que recibieron
al encontrarse en un mundo donde todas sus mujeres son tan bellas
como la que burdamente describieron, que se les ofreció a
la anatomía, como amoroso castigo a sus dudas,
especialmente, sobre la igualdad constitutiva de los seres
humanos en todos los mundos; y gracias a su justificada
incredulidad, se les puede ofrecer a los hombres de la tierra ese
retrato, castigo de nuestro egoísmo y orgullo de
imbéciles.
Estaban completamente materializados como habitantes naturales
de aquel mundo, auscultando y registrando todas las reconditeces
de la voluntaria victima y señora, y pudiendo sentir
cuanto el hombre es capaz. Pero no sintieron pasión; y
además, la carne obedece siempre al ambiente y
aquél era de pureza.
Ya descendieron a nuestro impuro ambiente, y aquí
sí sintieron el aguijón de la carne, para que
pudieran sacar esta moraleja.
Si queremos , compañera, de aquella belleza, bondad y
fuerza, que el amor sea nuestra ley primera.
Sí; hasta que el amor no sea la ley de los hombres y
esté en el hombre en fruición , aunque nuestro
espíritus saben modelar aquellos tipos, no lo
ejecutarán. ¿Los queremos? Purifiquemos pues,
nuestro ambiente corrompido. Nuestra bella hermana ausculta se
firmó BULA DUDE.
Así, queda claro el modo y porqué de la
videncia; pues es con ejemplos como mejor se expone y se
comprende, y hemos sido extensos, porque en este capítulo
ya queda establecida la síntesis del desdoblamiento
consciente, que nos ahorrará mucho tiempo y espacio en su
capítulo.
La videncia se produce siempre por el espíritu y no por
los ojos materiales o sentido de la vista, que, si también
con los ojos materiales ven los videntes, pueden ver los mismos
fenómenos cualquiera otro, porque será una cosa
material o materializada, siempre que el espíritu que
produce el fenómeno, haya tomado materia flúidica,
no verá claro y aun no verá nada, mientras los
otros ven.
He aquí, pues, porque no ven ciertas materializaciones
los que no son videntes innatos y es porque es necesario para ver
el fenómeno una de estas dos cosas: ser médium
vidente, o ser afín del que presenta el fenómeno,
para que tome materia fluídica, sin cuya condición
nadie verá.
Las visiones no son solamente materializaciones. Son
imágenes etéreas que las leyes de los reflejos y
del sonido le pueden explicar al profano en espiritismo, siempre
que impere en él la razón y sobre todo, que les
dejamos aquí pruebas por los menos admisibles a la
comprobación a las reglas variables que la
filosofía da y que las ciencias no pueden desechar, aunque
las desprecien por aberración, capricho o sistema, los
seudo-científicos, pero que las admiten los verdaderos
científicos.
Hay casos de videncia a larguísimos plazos, de los que
está lleno el titulado Apocalipsis, y entre ellos,
está el nacimiento de una nueva bestia (religión
católica), que nace de una bestia vieja (cristiana), que
muere, y en la nueva se sienta un dragón con siete cabezas
y 10 cuernos (reinados).
El suceso de esta visión se realiza más tarde,
en el nacimiento de la iglesia Católica el año 325,
para la cual se juntan 7 religiones y de su conjunto nace la
nueva.
Un día por octubre de 1912, el médium vidente
dice al Maestro: "Aquí está Chipilín; dice
que lo sigamos. Conversaban sobre sí o no la existencia de
la Atlántida; se llamó ciudad de Venus, a cuya
diosa servían sus habitantes y a quien sacrificaban la
virginidad de las doncellas. El vicio creció a la magnitud
de las pasiones más brutales, siendo su reina la que
asumía todo de cuanto fuera placer carnal, no
sobreviviendo ningún mancebo u hombre con quien
compartiera una vez el placer carnal, ni las doncellas, ni
mujeres que a su presencia habían de sacrificarse a sus
fornidos ministros que debían incitar el placer a su
reina, tan bella como descocada, y nos dijo:"El espíritu
no puede borrar de una sola vez las pasiones del alma; no te
extrañes, maestro, si ésta que fue la última
reina diosa de la Atlántida, fuera Cleopatra o Lucrecia
Borgia, y anota bien esto". Nos mostró el trono-cama y
¡oh horror! A un lado, en el destinado al hombre que
había de deleitarla, una disimulada trampa cubría
un profundo pozo, a donde caía el desgraciado. Hemos
bajado y grandes montones de esqueletos humanos sirven en
aquellas profundidades de asidero a algunos animalejos del fondo
del mar. Quiero saber donde nos encontramos y lo dije al
"Cipillín"
—Ascendamos dijo éste. Y nos vimos sobre la
superficie de las aguas, y un movimiento de asombro hubo en los
espíritus desdoblados, sobre todo en el del nuevo, que era
su primara excursión de valor. Estaban entre el pirco de
Tenerife y la isla Madeira, en el paso de la línea 37 del
Ecuador. En esa conjunción, a 4000 metros de profundidad,
se encuentra la ciudad de Venus, en vuelta hace 88 siglos.
Los cuatro videntes desdoblados eran españoles y
afinidades cercanas, les hicieron sentir la nostalgia natural.
-Seguidme, dice "Chipilín". Parecía haberse
convertido él mismo en una barquilla veloz como el
pensamiento, pero notaban muy bien el sube y baja de las olas, y
en la costa occidental del Africa el Maestro reconoció los
arrecifes llamados "El bajo de las aceiteras" y un espantoso
remolino capaz de tragarse cuanto se acerque a tres millas de su
centro, nos mostró y nos zambullimos, quedando
estáticos un instante. El "Regina Regente" tragado por ese
caracol insaciable, se encuentra allá abajo, viendo
esqueletos en sus camarotes, de los que sacaron algunos
espíritus de los náufragos, que bajo la terrible
impresión del momento fatal, estaban asidos a los
barrotes, sufriendo aún el terror de una muerte indefensa.
Los despertamos de su letárgica impresión y los
entregaron a sus guías.
Este tremendo remolino es producido por una boca de un
subterráneo que traga un grandísimo caudal de agua;
boca muy profunda y que no nos mostró dónde va a
parar esa corriente. En cambio nos condujo el "Chipilín"
al centro de la tierra, donde todo es espantosamente grande y
horroroso. Los espíritus naturales, cada uno en su
representación de cosa, se nos mostraban en su
acción. Estaban en sus gabinetes de creación y
transformación. Grandes bocas se nos mostraban como entre
peñascos de fuego y fuimos entrados como en la oficina del
maestro director de aquella fábrica de la vida natural de
todas las cosa de la tierra. Una balanza nos hizo comprender que
aquel lugar era el estrado o sala de la justicia. Había
muchas figuras, que eran como llaves o grifos y al nuevo vidente
le picó la curiosidad e incitando al "Chipilín",
hizo como que no se oponía, y el hermano toca un grifo,
teniendo todos en el acto la impresión de un terremoto. Al
día siguiente leyeron en los periódicos un
terremoto, a la misma hora que fue tocada aquella llave. Entonces
Chipillín hace ascender por una boca que va a salir a un
pico del Africa.
Volvieron y se ha escrito cuanto vieron, estando sus cuerpos
jadeantes de sudor y calor. Habían pasado en la videncia y
desdoblamiento, 45 minutos.
¿Para qué les ha dado esta lección que
vieron, tocado y sufrido? Los hombres presentían un
recuerdo pasado cataclismo (aún hoy los
científicos, se rompen el coco buscando la
Atlántida): Esta sonaba en los historiadores y era
necesario dar un punto de partida.
¿No asusta a los detractores de la historia y del
espiritismo, el saber que se pueden descubrir las mentiras y
embrollos, cuando el espiritismo quiera?
¿Para qué queréis que se relaten
innúmeras videncias pequeñitas, particulares, que
pueden interesar a un individuo solo? Todos las tenéis; lo
que hace falta es que las sepáis estudiar.
El propósito de presentar estas experiencias de
videncias y desdoblamientos, realizadas por el Maestro y otros
adherentes en nuestra Escuela, es para demostrar que el
"Espiritismo" , es la sabiduría universal y por lo tanto,
no hay nada que a través de su práctica, sin
prejuicios científicos, sociales, religiosos y aun
espirituales, como lo demuestran estas experiencias, no se pueda
llegar a conocer; todo lo que acontece en el Universo Infinito,
hasta el ser Supremo, Creador o Originante de la substancia
única y la única: Eter y Amor.
Paz, Amor y Sabiduría; ésta se adquiere, cuando
se estudia; cuando se investiga; cuando se comprueba; cuando se
limpian los hombres del prejuicio y trabajan por fortalecerse en
sus espíritus para desprenderse de la pesantez del cuerpo
para elevarse sobre las pasiones a las regiones etéreas y
entrar en ciudades del Gran Cosmos, donde la lucha no existe;
donde el amor es la justicia.
Cuando se estudian las maravillas de Sión (Sirio)
¡Ahíဦ! Para tus vuelos Maestro
misionero del Padre, para saturarte del amor, de la justicia, de
la libertad y para aprender en la gran ley de los afines que une
a los espíritus en familias; que transforma las cosas
perfeccionándolas y es la palanca poderosa que lleva de un
lado para otro a las humanidades, para que unido al producto de
tu trabajo con el de los misioneros que cumplieron su
misión, llenes los vacíos que has visto, con el
amor que sientes; para que enseñes a los pequeñitos
el camino de aquella ciudad, centro de la sabiduría!…
Para eso, para allí tus vuelos.
Como tu estudias, hemos estudiado y todos aprendimos a
elevarnos sobre nosotros mismos; y tu has de enseñara el
hombre pequeñito a comprender que su grandeza consiste en
elevarse sobre sí mismo y así cumple la voluntad
del Padre.
El espíritu que se eleva sobre sí mismo, siempre
encuentra nuevos horizontes en lo infinito de los mundos; y
cuando llegan los hermanos al límite que su progreso les
permite, se paran un instante, pero buscan al maestro y siempre
encuentran un hermano de amor que les da un nuevo jalón a
ir más allá. Esta es la ley y es la armonía
entre los hijos del Padre.
¿Por qué no hemos de ser hermanos, si hay entre
todos los seres lazos indestructibles e indisolubles de la ley
universal?
La materia, sin embargo, que es el medio de que el
espíritu debe valerse para elevarse por la lucha razonada,
retiene al hombre con sus halagos efímeros, que
sólo tienen valor un momento; pero que el hombre
pequeño, al naturalizarse con ellos, no puede elevarse por
su pesantez y porque tiene su fin en el mundo de que forma parte
del conjunto. Pero aún la materia tiene evoluciones y
transformaciones hacia la perfección y el conseguirlo es
el trabajo del espíritu.
Sólo la materia y los hombres que se pegan a ella sin
querer seguir los senderos que ésta tiene para encontrar
el ancho camino que conduce a la ciudad de Sión, no puede
elevarse a contemplar las maravillas que allí disfrutan
los espíritus emancipados y depurados de la pesantez de
ésta materia.
Los senderos están todos alumbrados por la
sabiduría del Padre; pero el hombre pequeñito, no
encuentra atracción fuera de la materia; y como no puede
satisfacer sus desenfrenos, reconcentra toda su ira y toda la
baja pasión de la carne y no sabe que todo esto se lo
acarrea sólo por la apatía; sólo por su
insensatez porque no sabe esforzarse en leer lo que pisa; que si
lo leyera, vería que le dice: "Yo soy el paso al plano
astral de la tierra, desde el que has de pasar a mundos nuevos
para ti, donde la armonía es un hecho y la luz su noche;
la sabiduría su día y el amor su ley".
Hermanos de la tierra; elevaos siguiendo el misionero hasta el
centro de la luz de donde parten los efluvios del amor que llegan
hasta vosotros: la Gran Sión, centro donde se
reúnen en consejo los misioneros de los mundos de la
vía que llaman láctea en cuyo centro está y
estos reciben desde allí, los efluvios de otros mundos
superiores; aquellos de otros y así sucesivamente hasta el
infinito.
Ahora bien; has visitado la ciudad de Sión y vistes
asientos vacíos que esperan la vuelta de los luchadores;
de los vencedores de sí mismo y te han hablado de amor;
has visto su magnificencia y que nada en la tierra ni en los
mundos del Sol hay que puédase comparar.
Pues aquellos asientos, son destinados a los consejeros
misioneros que hoy, encarnados en la tierra y mundos tierra,
trabajan y luchan para elevar sus humanidades a la
perfección posible en tales mundos; has visto el lago de
los fluidos donde los espíritus del Padre elaboran los
remedios al dolor de sus hermanos de mundos inferiores y desde el
cual, caen en chorros áureos y violáceos cuando
vuestro pensamiento llega al Padre y vuestros
periespíritus llegan allí y revuelven aquellas
aguas de vida y salud. Se te ha mostrado en otro mundo cuyo
nombre se te dijo y en él, tu espíritu ha saboreado
el exquisito fruto de que se encuentra abundante en todos sus
confines, cuyo fruto no mayor del tamaño de vuestros
plátanos, constituye como te lo advirtió el que te
obsequió el alimento para el tiempo de una semana de
vuestros días.
Has visto infinidad de mundos en formación y se te ha
llevado al mundo en sexto día de color verde naranja que
es alumbrado por dos soles más tenues que los de
Sión, uno color oro y el otro color violáceo y has
contemplado la finura de su vegetación, la hermosura y
fragancia y abundancia de sus flores y el conjunto
bellísimo del cambiante de los dos soles y, alguien te
dijo que ese mundo de maravillas es la morada de los vencedores
de la tierra, que el Padre prepara para su emigración.
Has visto en Sión, aquella hermosura de la mujer;
aquella vaporosidad y mirada radiante y amorosa, el palpitar de
su corazón puro, donde no tiene asiento la malicia ni el
dolor; has visto como se transparenta todo su organismo perfecto
al través de sus nacaradas carnes y la circulación
de la sangre, diez veces más gaseosa en pureza que no es
roja como la vuestra, es color violado celeste; color que entre
vosotros los tenéis por confusión y en verdad es
armonía. Esta sangre no lleva en glóbulos de vida
el germen de la materialidad y de la bruta pasión y
circula por sus venas que parecen de cristal, con regularidad
armoniosa y sin alteración; tan transparente es su materia
(y es carne) que se ve como hace la digestión y como vive
el feto en su gestación; ésta mujer es madre que da
cien hijos en una existencia cumpliendo la ley de amor que les
rige y comprenden en toda su grandeza.
El hombre, en su trabajo, no conoce la molestia y el
cansancio; pero estudia en todos los momentos, porque la noche no
existe; su transformación se hace sin sentirla, porque la
dolencia no cabe en su organismo; pero aún son hombres muy
perfectibles y necesitan en un período de tiempo
transformarse, (desencarnar) para progresar más,
descendiendo unas veces como misioneros, a un mundo un grado
más inferior y elevarse otros al mundo inmediato de otra
nebulosa, para traer luego conocimientos mayores a los suyos,
porque "Siempre hay más allá". Cuyo emblema has
tomado en justa ley para tu obra.
Ahora bien, hermano, ¿Qué consecuencias debes
sacar de estas visitas? ¿Te creerán los hombres de
la tierra? Solo los sordos no podrán oírte; pero
tú, invítalos a que se pongan sobre sí
mismos y se eleven limpios de prejuicios, porque has visto que
las puertas están abiertas y que con amor y fiesta,
reciben la visita de un terrestre y tú ya les has dejado
el camino abierto y jalonado.
Yo te acompañé y te acompañaré en
estas excursiones, porque soy espíritu liberto del mundo
Sol y soy designado por el jefe de los Espacios, cuya ancla viste
en la Presidencia de aquellos Consejos y que es el
Espíritu de Verdad (mal entendido como Espíritu
Santo), hombre terrenal en su última existencia,
porque la tierra es el mundo de prueba y sus vencedores son los
generales en mundos superiores; son los Mesías
regeneradores de los mundos de expiación, donde la
razón se ofusca más que en ningún otro
mundo, por la heteriogenidad de sus componentes, porque en ellos
se reúne lo bueno de mundos superiores y lo malo de mundos
de formación, de prueba y de expiación.
Estudia, escribe el "Código de Amor" y que los vivos en
espíritu del mundo tierra vean en su conciencia y se
eleven a ver esas maravillas, que en su camino encontrarán
jalones que los guiarán. "Siempre más
allá"
El Amor os desea, vuestro hermano Evist Evist (maestro del
mundo Sol).
Nota: Para algunos que me han calumniado y criticado, sobre
algunos de mis artículos sobre astronomía, les
advierto que la crítica de lo que se desconoce, es
calumnia y calumniador es vil y comete muchos
crímenes.
Autor:
Pedro Sandrea
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